Orígenes del juego.

Nota histórica, los primeros comienzos de este deporte criollo.

El Pato comenzó a jugarse por los gauchos en Argentina a principios del siglo XVII; antes de comenzar el juego se fijaba en punto de encuentro en donde se reunían todos los jugadores con sus caballos, donde generalmente se trataba de un rancho o una pulpería. Para jugarlo se mataba un ave domestica, en este caso un pato, (de allí viene su nombre) que se colocaba dentro de un gran trozo de cuero formando así una pelota a la que se le cocían cuatro manijas para que los jugadores puedan aferrarse a ella.

Allí es donde comenzaba el forcejeo y la lucha, el juego consistía en perseguir a quien se había apoderado del Pato para sacarselo, todos querían tenerlo y por eso comenzaban a atropellarse, empujarse y lastimarse para agarrarlo como sea y llegar a la meta de cualquier forma. Los jugadores se pasaban el pato unos a otros lanzandolo para finalmente lograr enbocarlo en el aro.

El objetivo del juego era anotar la mayor cantidad de puntos en el cesto del equipo oponente, una vez finalizado el juego se realizaba una comida en la que participaban, el ganador y los competidores que llegaban sanos a la meta.